Reseña

La atractiva y robusta estructura narrativa de El Exilio voluntario (Premio Casa de las Américas 2009), recreada con abundantes soplos de creatividad que se respiran página a página, son las herramientas esenciales y ecuánimes con las cuales el autor, a partir de su propia experiencia, choca con una realidad si no brutal, cruda y desgarradora al momento de probar suerte en la tierra de las oportunidades, el pavimentado suelo del Norte que promete sueños dorados y que, a no mucho andar, se transforma en una realidad diametralmente opuesta; una realidad donde, entreverado el migrante en un medio hostil, sufre los malos tratos y la falta de las cosas más apremiantes; experimenta la más aplastante desigualdad y la inmovilizadora sensación de vacío. Aletargados, no pasa mucho más para que aquellos sueños se esfumen para siempre y muden en desvelo eterno copado por individuos inexpresivos –los migrantes– que aplanan calles y boliches de helada muerte.
Pablo Mendieta Paz