Reseña

Las cárceles bolivianas son notorias por sus niveles de hacinamiento, su infraestructura improvisada y en gran parte hecha por los mismos presos, y también por el débil control policial al interior de estos recintos, que a veces devuelve en motines y da lugar crónicamente al tráfico de alcohol y drogas. De ahí viene el estereotipo de la cárcel como "universidad del crimen", donde el delincuente novato se capacita mejor y después de salir, pronto volverá, detenido por un delito mayor.
¿Cuánta verdad hay en eso? ¿Qué son las ofertas de trabajo y educación en las cárceles que intentan romper el círculo de reincidencia? Cuando un ex preso sale en libertad ¿qué factores ayudan para que no vuelva a la cárcel? Esta investigación realizada en 2016, presenta un panorama de la situación carcelaria en los nueve departamentos de Bolivia, destacando los muchos fallos que hay tanto en su administración como en los datos disponibles, para ir a hacia una nueva propuesta de reinserción social.