Reseña

En los cuentos de Francisco Jordán, el pasado tiene un peso específico. Por lo general, los personajes parecen llegar al presente cargando años de dificultades y soledad; están dispuestos a decir sus cicatrices, pero apenas a la pasada, porque lo importante, en cada uno de estos textos, es el presente en todo su espesor: las sensaciones, las palabras, los descubrimientos que permiten tejer una pequeña constelación que lo explique todo, o que por lo menos lo intente. Con una prosa clara y contundente, La Herida nos abre la puerta a los tortuosos caminos que la vida nos ofrece, y nos recompensa con la certeza de que cada final es el elegido de cada quien, así como se elige una victoria, una lección, la redención.