Reseña

Los personajes de este libro de cuentos que, además de estar descritos con una precisión que resulta fascinante y repulsiva a partes iguales, no dejan de mostrase frontales e incluso brutales a la hora de actuar y resolver las tramas de sus historias particulares. En ese proceder, en esa dinámica en la que, a nivel del lenguaje, se inmiscuyen constantes anglicismos y recuerdos de la permisiva cultura pop que habitamos, las personalidades y los trayectos individuales parecen abandonar el centro del escenario y ceder el primer plano a un complejo aparato de grandes masas, reproductor de violencias, excesos y obsesiones que se configuran como espacios dignos de estudio. Tales las características sorprendentes de este libro que, como otros críticos ya han mencionado, «está llamado a cambiar la recepción y la percepción de la literatura mexicana y sus aires de altísima cultura». Eso, por si alguien todavía necesita confirmar que la literatura culta hace mucho que ha dejado de ser el centro de la cultura dominante.