Reseña

Las personas buscamos estar sanas en todos los niveles: espiritual, mental y físico.
En el mundo desde milenios las mujeres hemos estado buscando sanarnos y sanar a las demás personas que nos rodean, ya sea por un acto de amor, solidaridad o desesperación. Son muchas las heridas que la vida y las sociedades nos han generado a lo largo de la historia; el patrón civilizatorio patriarcal ha generado un mundo de guerreros, predador.
La tradición, la herencia, las causalidades, las necesidades son las que les guían en su largo trajinar como sanadoras. No se conocen entre ellas, pero el trabajo que realizan las une con otras mujeres que durante miles de años en lugares remotos les han legado sus conocimientos, en el afán de salvar vidas y comprender cómo comunicarse con las fuerzas de la naturaleza para que sean sus aliadas. Recorrerán el mismo camino trazado por sus antecesoras y forjarán su senda movidas por su imaginación, amor e inteligencia.
Esta es su palabra y su vivencia silenciosa, como el grito que se resiste a ser capturado. Su mundo está siendo destruido y su práctica se vuelve invisible en un mundo que las mira y no las ve.
Son las mujeres sanadoras, las buscadoras del conocimiento que las libere y ayude a liberar a sus hermanos y hermanas. Las mujeres con poder que desafían el orden que las doblega