Reseña

la lectura de ES DIFÍCIL ADMITIR es también sumergirse en un mundo de naturaleza insospechada, pletórico de bosques, mares y montañas, un mundo de flores, de ramas, hojas y cortezas, de estrellas, lunas y praderas. Se trata de una naturaleza concreta, real, en convivencia –cuando no en franca simbiosis— con el mundo interior del yo poemático, hasta el punto que se entremezclan los planos, como si su protagonista hiciera espejo en la tierra y sus elementos.