Reseña

“Estido” es un vocablo de la región andina boliviana que funciona como palabra comodín; si no se encuentra el llavero en la casa, las llaves se han estido, pues no se han perdido; si alguien muere y no se estable de qué, el difunto se ha estido, pues de saberse su mal se diría ha muerto de pulmonía, digamos. Así, en el mundo, varias cosas se han estido, se dice en este libro poblado de personajes de toda calaña, que, aparte de ser memorables, horrorizan, conmueven, incomodan, chocan y también divierten.
Si una ciudad es sus habitantes, los retratos que se nos presenta en El misterio del estido también retratan la ciudad que habitan, una que jamás es nombrada por los narradores, aunque se intuye fuertemente, ya que constituye un personaje más, quizá el más importante.
El humor negro y ácido es una característica de este libro, y permite liberar las tensiones que puede generar en el lector los temas que se abordan, todos ubicados en lo que los ciudadanos de bien repelen, aquellos lados oscuros que todos poseemos, pero preferimos ignorar.
Esta sexta edición lo confirma como representativo de la narrativa boliviana contemporánea y amenaza con seducir a nuevas generaciones de lectores a 15 años de su lanzamiento original.