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ISBN 978-9917-0-3928-0

Las dos caras el tetrapoder - La opción

Autor:Bracamonte Reyes, Marco Antonio
Editorial:Bracamonte Reyes, Marco Antonio
Materia:El proceso político
Clasificación:Economía política
Público objetivo:General
Publicado:2024-05-20
Número de edición:1
Número de páginas:150
Tamaño:14x21cm.
Precio:Bs 50
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español
Disponibilidad:Disponible
Estatus en el Catálogo:Próxima aparición

Reseña

Es la otra cara de la misma moneda, es la
misma chola con otra pollera, aseveraciones que
frecuentemente son utilizadas para definir a situaciones
de interacciones sociales que muestran hipocresías o
doble ánimo (bien con todos y hablando mal de todos a
la vez), —todo puede ser visto y juzgado desde varios
puntos de vista, por eso no debemos fijarnos solo en lo
que se nos muestra, tal es el caso de las monedas. Toda
moneda tienen dos caras y no podemos ver las dos caras
a la vez o al mismo tiempo—, pero es posible verlas en
diferentes tiempos de tal manera conocer a cabalidad el
valor de la moneda y su procedencia, es decir, podemos
expresar una opinión acertada y cabal sobre nuestra
realidad nacional, sabiendo nuestra historia política
(nos muestra varias polleras), y viendo nuestra realidad
actual. Una vez hecha, nos daremos cuenta de que todo
lo que hace el político en función de gobierno sea de la
derecha o de la izquierda, generalmente su actitud tiene
un denominador común, el “egoísmo grupal, partidario o
sectario”.
Después de más de medio siglo de los sucesos
ocurridos en abril de 1952, Bolivia sigue siendo uno de los
países más pobres y menos desarrollados de la América
Latina. Por ejemplo, los diferentes gobiernos del MNR, los
esfuerzos de sus presuntos estadistas y sus mutaciones
ideológicas y programáticas no han podido o no han
sabido sacar a Bolivia del atraso y la pobreza. Al mismo
tiempo, este partido y sus muchos desprendimientos e
imitadores han contribuido poderosamente a consolidar
prácticas y valores convencionales, propios del mundo
premoderno, que van desde el caudillismo hasta el
autoritarismo, rejuveneciendo así los elementos menos
rescatables del orden tradicional. El actual florecimiento
de las formas más refinadas y persistentes de corrupción
no puede comprenderse sin las prácticas introducidas
por el MNR a partir de 1952, sin ignorar los otros partidos.
Y el análisis comparativo de lo alcanzado en naciones comparables de América Latina y del Tercer Mundo nos
muestra la poca originalidad teórica y la mediocridad
práctica del experimento iniciado en Bolivia en abril de
1952
“Bolivia cambia, Evo cumple”, el discurso político
que le dio éxito al gobierno del MAS-IPSP, en la primera
gestión de Morales, después se convirtió en un eslogan
que motivo a la ciudadanía a defender al gobierno hasta
en los micros, colectivos y minibuses de gente que se
dignaba hablar mal de Evo o de su proceso de cambio.
Pasado el tiempo la misma ciudadanía va viendo la
realidad, y con mayor claridad el engaño echo al Estado
plurinacional, evidenciándose tal actitud con el gobierno
de Luis Arce Catacora cuyos resultados son peores que
el de su antecesor; hoy es un Estado demasiado corrupto,
con una justicia pisoteada a muerte y remplazada por
la injusticia, además, el narcotráfico va tomando cada
vez más espacio en las instituciones estatales hasta
convertirse en un verdadero cáncer para la Patria.
La realidad social y económica de los pueblos
indígenas y pueblos originarios fue aprovechada por el
socialismo del siglo XXI, desde que Bolivia cambio
su nombre a partir de marzo de 2009 por el de Estado
Plurinacional, estableciendo el carácter multiétnico con
reconocer la diversidad etnocultural. Se vino disfrazándose
de “socialismo comunitario” [un producto nacido en
el apuro cuando se aplicaba la reforma neoliberal en
Bolivia, cuando señaló Felipe Quispe “hay dos Bolivias”,
una para los indígenas y otra para los blancos], teoría
creada por Evo Morales impulsada por sus dirigentes,
definió este “plurinacional” no como término genérico
para los grupos étnicos indígenas (o territorios indígenas
autónomos), sino más bien, como un reconocimiento a
todos los grupos tradicionales autóctonos como una única
“nación”. De ahí que, con la ayuda de las civilizaciones
y valores indígenas, se consolida el sentimiento e
imaginario nacional del pluralismo. —Detrás de todo este
pensamiento ideológico está García Linera y el autor
de la Tesis de Catavi, Sr. Filemón Escobar—, porque este “socialismo comunitario” propugna la sustitución
de la “cultura piramidal” que tenían los Incas, por un
“multiculturalismo” y el abandono de la prioridad de la
“cultura criollo-mestiza”; en cuanto al sistema político,
aboga por la sustitución del republicanismo democrático
de Rousseau por el socialismo.
El “disfraz” (cultura incaica) fue muy bien pensado
y utilizado con la ayuda de la vida socioeconómica del
Tawantinsuyo, de manera de hacernos creer que el
pueblo vive en la comunidad y la igualdad, cuyo modelo
económico se basa en la solidaridad, la reciprocidad, con
justicia social centrado en el ayllu (pueblo); democracia
participativa que ofrezca garantías políticas para la
dignidad y los derechos fundamentales; ¡todo una
mentira!!!
El gobierno del MAS-ISPS hubiera tenido éxito
si absorbía de manera real, seria y responsable la
cosmología y los valores indígenas boliviano, si hubiera
prestado atención a la utilización de las ventajas
económicas del país para satisfacer las necesidades
reales de las diferentes clases y grupos de la sociedad
boliviana. Evo Morales señaló: Los indígenas somos
la reserva moral de América Latina, haciendo mención
a los tres principios básicos de: no robar, no mentir y
no ser ocioso (visión filosófica y política de los Incas).
Precisamente estos tres principios han sido violados
y deteriorados por su mismo gobierno y en ocasiones
utilizadas para engañar y corromper al mismo indígena
mediante el prebendalismo.
¿Estamos frente a un callejón sin salida?, es
una pregunta muy legítima y además preocupante.
Algunos políticos, especialmente del oriente boliviano
ofrecieron como solución al problema, el federalismo, como una de las opciones más acertadas a la realidad
nacional. Bolivia, en un país con pluralismo lingüístico
y obviamente cultural, reconoce 37 idiomas oficiales, el
castellano y los 36 idiomas de las naciones y pueblos
originario-campesinos, enumeración que se encuentra en el artículo 5 de la CPE, cifra que nos da una idea
de la gran diversidad cultural que existe, pese a que
más allá de las treinta y seis naciones existe otras
culturas. Según los datos del censo de 2012, el Instituto
Nacional de Estadísticas (INE), asevera 122 naciones
y pueblos indígenas, pero, la citada disposición
constitucional refiere a los idiomas oficiales y no así
al número de naciones en el Estado, además señala,
de los 36 pueblos reconocidos en el país, habitan en
los Andes mayoritariamente los de habla Quechua
(49,5%) y Aymara (40,6 %), que se autoidentifican con
16 nacionalidades. Consecuentemente, ¿será posible
que el federalismo sea la solución?, ¿el número de
habitantes de cada cultura o el total que tiene Bolivia
coadyuva a un federalismo?, creo que no.
No se puede negar lo ocurrido en Pulacayo en la
década de los 40, ¿fue el inicio a una salida del callejón?. Este acontecimiento no fue un movimiento indigenista
ni indianista, fue un movimiento de carácter de justicia
social; fue trascendental este hecho, protagonizado
por obreros mineros apoyados por campesinos, cuyo
impacto fue político, social y económico. Evo Morales fue
el primer presidente indígena en la historia de Bolivia, fue
considerado como el partido étnico indígena más exitoso
históricamente a lo largo y ancho de América Latina,
con su programa para la construcción de un “Estado
plurinacional”, que se consideraba prometedor para
coordinar y cambiar fundamentalmente las relaciones
étnicas bolivianas.
No debemos perder de vista, que a principios de
la década de 1980, no existía un movimiento indígena
nacional unificado en Bolivia hasta 1985, cuando la
Federación de Campesinos Cocaleros, predecesora del
Movimiento al Socialismo, utilizo las imágenes indígenas
(una máscara) para promover la cultura autóctona
y lograr una unidad sin precedentes entre todas las
organizaciones indígenas. En 1993, la Federación de
Campesinos Cocaleros se unió a las organizaciones
de indígenas de las Tierras Altas y Tierras Bajas para obligar al gobierno a llevar a cabo la reforma agraria.
Esta máscara fue utilizada y aprovechada para celebrar
muchas actividades culturales de tradición “indígena”
a gran escala con el objetivo de construir el contenido
cultural del “Estado Plurinacional” y dar forma a los valores
indígenas. Sin embargo, las actividades culturales de
Morales, centradas en la cultura aymara, tienen un
fuerte sabor “centro-marginal” (ednocentrico) queriendo
revivir el espíritu indígena de “katarismo” mediante la
promoción del espíritu del movimiento de Tupac Katari,
llego al punto de entrar al campo del “clientelismo” político
que persiste durante un largo tiempo en el circulo oficial
boliviano, el mismo que tiene por objeto de sobornar a
los electores para obtener votos y a dirigentes en cargos
en el gobierno.
Garcia Lineras como Filemón Escobar coincidían
en su percepción con los actores mineros de 1946, ellos
vieron en ese tiempo al Estado como feudal-burguez
que se justifica como un organismo de violencia para
mantener los privilegios del gamonal y del capitalista,
vieron que el “Estado es un poderoso instrumento que
posee la clase dominante para aplastar a su adversario”.
Por lo tanto el desafió del Estado Plurinacional o el
“socialismo comunitario” era simplemente alcanzar las
metas económicas establecidad por el gobierno en un
juego de todas las partes y sacar a los indígenas de
la pobreza a la luz de la teoría del “marxismo”, utilizo
el discurso metafórico que divide en “oligarcas” y
“campesinos” desde la perspectiva de lucha de clases
y rechazando por completo el liberalismo. En resumen,
el “socialismo comunitario” de Morales no supera las
limitaciones de la teoría del socialismo comunitario
tradicional de los pueblos indígenas campesinos,
¿Seguimos en un callejón sin salida?, si, pero hay
una salida, es el Tetra poder-la opción.

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