Reseña

A finales del año 1700, la población sufre una terrible hambruna, a consecuencia de una sequía, y el pueblo de Quillacollo está siendo azotado por una epidemia mortal desconocida que acaba con la vida de familias enteras. Aparecen personas muertas a diario en sus propias casas, en las calles, plazas, etc. Y como ya no hay gente para acompañar a los difuntos a su última morada, son recogidos en carretas y burros por un grupo de jóvenes indígenas, que los llevan al cementerio para darles cristiana sepultura. El cura del pueblo los bendice y se despide de ellos con lágrimas en el rostro, lleno de impotencia y dolor.
Albina, una pequeña niña indígena que vive con sus padres Jacinto y Gregoria, se hace cargo de su rebaño de ovejas, mientras su papá yace moribundo en su cama, y su mamá atiende las necesidades del enfermo. La pequeña pastorcita todas las mañanas se dirige a la serranía del calvario con su rebaño de ovejas, llevando con ella un pequeño aguayo amarrado a la espalda. En la soledad del cerro, juega con sus ovejas y habla con ellas. Luego de varios días de pastoreo, la pequeña niña se encuentra con una extraña mujer bastante hermosa, quien lleva en sus brazos a un lindo bebé.