Reseña

La Colección Compositores Bolivianos (a la cual también pertenece el presente volumen) registra, en
su Libro XIV, un gran número de ellas, gracias al trabajo del también concertista de guitarra, arreglista y
compositor, Fernando Arduz Ruiz –fallecido en su tierra natal, Tarija, en 2021– quien, en vista de
que el maestro Domínguez no dejó partituras, transcribió al pentagrama las interpretaciones que dejó
grabadas, registrándolas nota por nota, como el más versado y paciente de los amanuenses, logrando así el
“rescate” de este magnífico conjunto de obras para la guitarra, con que cuenta esta Colección.
En el Prólogo del Libro XIV, el maestro Arduz Ruiz relata la difícil vida que tuvo Domínguez en su
niñez y juventud, y cómo, superando todos los obstáculos, y gracias a su enorme talento y entrega al arte y
a la música, destacó en todas las especialidades a las que se dedicó, venciendo a la adversidad. Se puede, sin
duda, afirmar que Domínguez fue un triunfador, y es un verdadero ejemplo de vida.
Señala el maestro Arduz Ruiz en uno de sus párrafos: “Alfredo dejó para la guitarra un valioso aporte
de efectos de gran ingenio y creatividad, recreando en la guitarra sonidos de los instrumentos folklóricos de
Bolivia, lo que le valió figurar en la Enciclopedia de la Guitarra, colosal obra del español Francisco Herrera”.
La Cantata “Vida, pasión y muerte de Juan Cutipa” –registrada en este volumen, y que, además, será
grabada fonográficamente en su totalidad– cuya versión orquestal se debe a un equipo de músicos y arreglis
tas ligados al Movimiento Sinfónico de El Alto, es otro logro importante en la preservación y difusión de la
amplia y diversa obra de Domínguez.