Reseña

En un Japón devastado por una catástrofe apocalíptica, Akira y Kenji —dos hermanos unidos por la sangre, el dolor y la supervivencia— emprenden una marcha interminable a través de un mundo consumido por el fuego, la ceniza y el miedo. Con la presencia constante del Demonio, una entidad ominosa e implacable, los hermanos avanzan entre ruinas, lluvia ácida y memorias que duelen más que las heridas del cuerpo. En su andar, lo cotidiano y lo infernal se confunden, mientras la ternura fraternal se convierte en la única resistencia posible ante el fin de todo.
Hikari no akuma es una novela que conjuga con maestría la brutalidad del escenario postapocalíptico con una sensibilidad profundamente humana. La narrativa oscila entre lo lírico y lo crudo, dando voz a personajes complejos que sobreviven no solo al desastre, sino también al remordimiento, al amor y a la pérdida. La tensión constante entre el pasado familiar y el presente infernal se entreteje con una prosa densa, poética y visceral, que evoca tanto a los relatos bélicos como a la tradición fantástica oriental.
Esta obra de Nathan Leaño no es solo un viaje por la desolación, sino un manifiesto sobre la resistencia emocional en tiempos de exterminio. Con ecos de La carretera de Cormac McCarthy, pero con un sello propio e intenso, el relato transforma el horror en belleza trágica y la desesperanza en vínculo humano. Es una lectura que deja marcas, como la ceniza en la piel, y cuya oscuridad alumbra, paradójicamente, la fuerza del amor y la memoria.