Reseña

En la lista de tripulantes de las naves que comandaba Cristóbal Colón figuraba el nombre de un joven grumete, novato, que desempeñó sus labores encomendadas a satisfacción de sus jefes. Al margen de sus trabajos, empleó su tiempo libre en documentar, a su manera, buena parte del recorrido del viaje descubridor de las tierras americanas. La parte contada, que relata y refleja pasajes que los lectores quizás no tuvieron la oportunidad de escrudiñar en otros escritos, se presenta de manera simple, sin adornos.
Quiero transmitir que, al tratarse de una historia novelada, las libertades literarias son usadas, como norma, de manera habitual y constante. Al menos están advertidos de que la gran mayoría de los personajes tienen su correspondencia en los respaldos históricos que corren por las bibliotecas físicas o digitales. Los pocos a los que acudo son el lubricante necesario; ayudan a que fluya la novela en los distintos escenarios de los siglos y años que correspondan. Con estos escritos únicamente se quiere aproximar a más lectores que gusten de relatos novelescos para moverlos a investigar a mayores alturas y profundidades.
Los niños y jóvenes seguramente quieren conocer otras facetas diferentes de ver las vidas pasadas; ellos, por naturaleza, son inconformistas. Quizás esta tecla ofrecida remueva su curiosidad para llevarlos a los senderos y de allí a las asfaltadas y majestuosas vías que la literatura ofrece a todo el mundo.