Reseña

La vida está amenazada y casi no se vislumbra un futuro para nuestros países: la existencia pende de un hilo ante las amenazas globales. En el orden de la explotación económica que lleva a la hambruna, de la dominación política que compele a la segregación, de la destrucción del medio ambiente que conduce al borde del colapso planetario resulta un imperativo de fe y de la razón consciente abordar críticamente el vínculo entre ética, religión y economía. Tanto la naturaleza como las poblaciones empobrecidas claman a Dios para que se produzca un cambio, ya que con sus solas fuerzas no lo pueden hacer.
Este número de Fe y pueblo procura enmarcarse en este contexto y desde la opción por un Dios de la vida, cuestionar teológicamente los fundamentos de una economía que lleva al mundo a su autodestrucción.