El viento de los náufragos
Autor: | Velásquez Guzmán, Mónica |
Tal vez el enfrentamiento con uno mismo sea la manera más efectiva de mirar la muere sin miedo, sin horror y, a la vez la única forma de vivir para ese final. En este sentido, el naufragio es un espejo donde se revelan nuestras fuerzas y nuestras carencias. El viento que inquieta la barca duerme siempre dentro de uno esperando el momento de lucidez que nos permita acariciar la sombra, la flaqueza, la vulnerabilidad del ser humano. El mar son los otros, testigos o compañeros de la travesía, cifra de la inmensidad y del deseo de ser junto a los demás. Contra las pretensiones del conocimiento o la “carroña del autoanálisis”, contra la inevitable (por eso atractiva y temida) muerte, el ser humano construye puentes: el amor y la palabra como formas de aguantar la revelación de la propia fragilidad.
Mientras esos pasos se construyen, es preciso naufragar, tocar lo que se teme.