Reseña

Bolivia, como la mayoría de las países de América Latina, era hasta no hace mucho un país sumamente centralizado. Pero ahora está inmerso en un proceso de descentralización que está modificando la gobernancia tanto a nivel nacional, como a nivel departamental y municipal.
Es conocido que la Ley de Participación Popular (LPP) produce una transferencia de ciertas competencias del poder central a los municipios. Lo que es menos conocido es el impacto que tenido sobre los actores populares urbanos, sobre las mujeres y sobre los indígenas y campesinos. Con los procesos de participación y planificación participativa que se instauraron, las voces de los que siempre han estado marginados de la gestión pública pueden ser escuchadas.