Reseña

Esther Cross es una resurreccionista. Ha levantado la lápida de ese siglo siempre joven y escalofriante romántico que gestó a su hija favorita: Mary Shelly. Pero lo suyo, la escritura de Cross, no es mera exhumación, es un viaje vital y doloroso a los albores del siglo XIX, cuando el tráfico de cadáveres en pro de la anatomía y los experimentos científicos con electricidad generó una sociedad nocturna, sensual, carnal, casi necromántica.
La intensidad, el amor y la admirable meticulosidad histórica con que Esther Cross se acerca al espíritu y la vida de la escritora Mary Shelley y a las terribles circunstancias sociales y efectivas en las que suturó a su entrañable Frankenstein arrojan nuevos resplandores sobre esta obra fundamental del gótico.