Reseña

Doy gracias a Dios por la vida del pastor Jesús Saucedo.
Lo conozco como un hombre de Dios que ama a la iglesia, que busca edificar el cuerpo de Cristo y que procura administrar fielmente los dones y talentos que el Señor le ha dado. Este libro es una expresión más de la gracia de Dios obrando en su vida y un regalo para todos los que lo lean.
“Pastoreando a tu pastor” es un libro necesario. Vivimos en un tiempo donde hay muchos libros y recursos cristianos, pero muy pocos hablan de algo tan sencillo y, a la vez, tan olvidado: cómo cuidar a nuestro pastor.
Los mismos pastores casi nunca predican de este tema. No es fácil ni cómodo subir al púlpito y decir: “así es como deben cuidarme a mí”. Por eso doy gracias a Dios por Jesús Saucedo, porque, basado en la Palabra y con un corazón pastoral, se atreve a plantear de frente la pregunta que atraviesa todo el libro: “¿Cómo puedo amar y pastorear a mi pastor?”
Hay una realidad que a veces no queremos ver: humanamente hablando, el pastor tiene muy poco margen para equivocarse. Puede predicar veinte mensajes buenos, fieles y bíblicos, pero si un día dice algo de forma distinta o comete un error, muchos se quedarán solo con ese mensaje. Los requisitos bíblicos para el ministerio pastoral son altos, y eso está bien, pero ese nivel de exigencia también hace que la carga sea pesada para él y para su familia.
Por eso este libro nos invita, con mucha sencillez, a ser considerados con nuestros pastores.
Además, hoy vivimos tiempos de comparaciones constantes. Muchos creyentes comparan a su pastor local con los predicadores que ven en internet o en las redes sociales. Y sin duda Dios puede usar a esos predicadores para hablar a tu vida. Pero ellos no serán los que irán a tu casa, a tu cuarto de hospital o a tu mesa. El que va a llorar contigo, el que va a orar por tus hijos, el que va a atenderte en la madrugada, es el pastor que Dios puso en tu iglesia. Por eso, en lugar de compararlo, honra al pastor que el Señor te ha dado.
Este libro no se queda solo en ideas generales. A lo largo de sus páginas encontrarás consejos prácticos y principios claros sobre tu responsabilidad como creyente hacia tu pastor.
Quiero dejar también una sugerencia práctica: Si el Señor lo pone en tu corazón, considera usar este libro para un estudio con algunos líderes o incluso con toda la congregación. Léelo en grupo, oren juntos y hablen sobre cómo tratar al pastor, cómo conducirse con él y cómo cuidarlo. Creo que esto puede traer mucha sanidad, orden y honra a la iglesia local.
Estoy seguro de que este libro va a bendecir tu vida si lo lees con un corazón humilde y dispuesto. No lo leas solo para “informarte”, sino para dejar que el Espíritu Santo te muestre cuál es tu parte en el cuidado de aquellos que velan por tu alma.
La Palabra de Dios dice: “El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos solamente un vaso de agua fría en nombre de discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa” (Mateo 10:41–42). Si esta promesa es para los que honran a un profeta o a un justo, ¡cuánta más recompensa habrá para quien honra, cuida, apoya y bendice a un pastor!
Que mientras lees estas páginas, el Señor te muestre maneras concretas de ser de bendición para tu pastor. Que Dios levante en su iglesia muchos corazones dispuestos a honrar a quienes Él ha puesto al frente, porque Dios honra a los que le honran.
Pr. Franz Gutiérrez
Iglesia Luz y Esperanza


Hay un corazón que late en el silencio de la noche, cuando toda una congregación duerme. Es el corazón del pastor. Mientras tú descansas, él vela y ora por ti. Pero cuando tú atraviesas una crisis y acudes a él, ¿quién se acuerda de la crisis que quizá él mismo enfrenta en secreto?
Este libro, Pastoreando a tu Pastor, no es solo un manual; es una verdad que por mucho tiempo hemos ignorado: el pastor también es oveja. Es un grito silencioso que resuena desde el púlpito hasta los hogares, una invitación urgente a volver la mirada hacia aquel que mira por nosotros.
Con la sensibilidad de quien ha pastoreado y también ha necesitado ser pastoreado, el autor nos lleva de la mano hacia un territorio poco explorado: el cuidado del corazón de nuestro pastor.
Este libro es, por tanto, un llamado a una revolución silenciosa en la Iglesia: a dejar de ser espectadores críticos y convertirnos en compañeros de batalla. Porque cuando cuidamos a nuestro pastor, cuidamos también del rebaño, y en última instancia, honramos al Pastor de pastores, Jesucristo.
Al leer estas páginas, prepárate para ser confrontado, inspirado y conmovido.
Que este libro marque el inicio de una nueva etapa en nuestras congregaciones, donde los pastores puedan decir con lágrimas:
“Doy gracias a Dios, porque he recibido amor y cuidado de mi iglesia una y otra vez.”
Porque un pastor pastoreado es un pastor que puede pastorear con amor, firmeza y la guía del Espíritu Santo.
Que el Señor use estas páginas para sanar, restaurar y fortalecer a toda su grey.
Pr. Álvaro Jaime Jerez Bernal
Iglesia Poder de Dios